La
página de la tentación sale volando por la puerta,
tú
sigues, te encuentras en guerra,
descubres
eso, sólo serías
una
persona más llorando.
Bob Dylan- It’s alright, Ma'
(I’m Only Bleeding)
-Hoy es un día soleado-
dijeron en los noticieros -cabe decir chayoteros-
desde ese día me quedó claro que esa triste y aciaga fecha no se lograría pasar
por alto tal cual era el objetivo… como la masacre también de estudiantes en el
estado de Michoacán el 2 de octubre
de 1961, ocho años antes.
Por fortuna y sin un
motivo real en mente, tenía guardadas desde hacía algunos meses varias de las -en
ese entonces- modernas latas de conservas con comida, algunos aderezos y una
leve porción de queso seco; cuando me hice con ellas un par de semanas atrás no
tenía en claro con qué objetivo las adquirí pero al final, cumplieron con su función.
Consciente de que “mi huésped” necesitaría alimento y bebida al despertar, con
vergüenza admito que me fue trabajoso preparar la ensalada con anchoas, pues
mientras estuve vivo y necesité ingerir alimento éste siempre se me proveía preparado.
Mi realidad es que nunca fui un individuo autosuficiente en totalidad…
¡En verdad lo disfruté!
No era “antojo”, gula o
algo similar, hacía bastante tiempo que yo estaba muerto y siendo honesto el
aroma de la misma tampoco me era agradable, algunas veces incluso me causaba
una sensación similar a agruras en el estómago o nauseas, sólo eso pues mis
intestinos estaban tan secos como una caja de cartón; sin embargo esa madrugada
de 3 de Octubre, la sensación de manipular aquellos ingredientes suaves y
húmedos, sentir la estructura de las anchoas o el cortar con cuidado el suave
queso en rodajas por primera vez, me causo por breves instantes una sensación
de nostalgia.
En verdad quedé
ensimismado en aquellas fantasías cuando recordé que no tenía nada para beber;
caminé hasta la habitación en donde ella dormía para verificarlo; parecía
dormir placida y que no despertaría en los próximos minutos, salí a una pequeña
Tienda de Abarrotes que vendía los
productos las veinticuatro horas a tres calles de distancia, podía ir sin prisa
y tal vez encontrar algo de alimento para mí.
.·.
No fue agradable pero
tampoco labor excesiva cazar algunas ratas para alimentarme, algunos minutos
después caminé al establecimiento en donde compré un Sidral Mundet Familiar,
un poco de jamón y medio kilo de huevo para el día siguiente, al tiempo que poder
preparar algo de alimento y no dar aspecto de ser un mal anfitrión. Es verdad
que estar alimentándose de esos repugnantes roedores no es siquiera un poco
agradable ni en “sabor”, “consistencia” o algo similar pero cumplen su objetivo
que es mitigar el hambre… no mentiré más… ¡Es repulsiva! Tan desagradable como
el medio en que su especie se habituó a existir, al igual que el ser humano y
las cucarachas… terminaron convirtiéndose en una nociva plaga. En realidad la
especie humana es una aún mayor.
La primer situación que
debió llamar mi atención y que en realidad dejé pasar por alto, fue que el
montón de despojos de roedores que de alguna forma extraña e inconsciente había
dejado colocado en forma tal para que sí en determinado momento, alguna persona
de la jurisdicción correspondiente pasara a levantar la suciedad, fuera más sencillo
para quien realizara dicha labor… es incoherente que a ésta altura de mi
existencia continúe exhibiendo un casi cínico sentido de civilidad. Al notar la
remoción de dichos restos sólo pasó por mi mente -en una forma tal vez
infantil- la idea: “Puede que las mismas ratas se llevaran los cuerpos de sus
caídos”. Después de pasar ésta tal vez absurda idea por mi cabeza y sin
prestarle importancia, continué con mi camino.
.·.
Caminé algunas calles
sin prestar mayor atención a mi entorno, puedo jurar que me dirigí a mi refugio
con una sonrisa estúpida en el rostro y la bolsa plástica con víveres pensando
en lo ridículo de aquel espectáculo, siendo un ser de la noche casi enamorado… o
cautivado y perdiendo el control de sus emociones.
No, no brillamos ante
la luz del sol como sí utilizáramos brillantina en carnaval, nos incineramos,
morimos en total agonía y dolor fuera de cualquier concepción humana, nos convertimos
en frágiles figuras de ceniza, sal y azufre. Algunos años después se exhibió una
adaptación cinematográfica de Interview
With The Vampire de Anne Rice,
¿Recuerdan la escena de Claudia de la
entonces niña Kristen Dunst muriendo calcinada
al ser expuesta al sol? En realidad ocurre algo demasiado similar.
Al pie del marco de la
puerta, se encontraba el cadáver de otra de las ratas, tan rígida y seca como
la había dejado al drenarle hasta la última gota de esa sangre con sabor
repulsivo, de consistencia espesa y cálida en un sentido desagradable e
incómodo; desechando cualquier resquicio de cortesía, escudado en la soledad y
oscuridad de la calle, interrumpida por los lejanos sonidos naturales de una
ciudad en sopor, di una patada al fiambre para retirarlo del paso y la acera. Sin
prestar atención a esto pues era algo común en una zona entonces limítrofe -la
misma ciudad había crecido bastante en forma desproporcionada en los últimos
sesenta años- saqué la llave del bolsillo de mi pantalón y abrí la puerta.
Fue extraño ver dentro
de mi hogar otro cadáver de roedor a justo tres pasos al interior de la puerta,
era como sí “algo o alguien” estuviera observando mi andar y también tuviese
estudiada mi rutina incluso en lo más cotidiano, entonces, sin siquiera dudar
un poco me enfile a la habitación. No tengo certeza de cuantos cadáveres de
rata patee, tampoco sí era parte de deducir un juego macabro, sólo me apresure
a llegar a la habitación en la cual a pesar de todo deducía su final, no sin
sorprenderme ante lo que miré: la joven parecía estar semi-empalada hasta los
cartílagos costales rosando una parte mínima del esternón, todo esto sin
derramar una gota de sangre en el piso y sí, exponiendo por completo todas las vísceras al tiempo que
parecía sonreír en un gesto desagradable y bastante lúgubre que daba el aspecto
de reír en una mueca que salía por completo de lo que cualquier persona podría
definir como real al tiempo que susurraba:
-Mátame-
Por un momento juré que
era algún espectro quien me jugaba una terrible broma de mal gusto, llegué a la
conclusión de que era ella sin realizar un movimiento de algún musculo facial.
-Mátame…- repitió con
visible esfuerzo y voz tenue.
Aún sorprendido,
verifiqué sí en realidad era ella quien me estaba hablando y sin pretenderlo
miré hasta lo más íntimo de su ser, apenas una breve hinchazón en los pulmones,
al igual que un ligero -casi imperceptible- correr de sangre dentro de las
arterias. Estaba estupefacto ante el grotesco espectáculo que estaba mirando
sin siquiera imaginar en lo más oscuro de mis retorcidas fantasías… aquel
triste y decadente cuerpo… tierno e inocente, sometido al bajo y repulsivo
instinto de quien fuera el “artista” capaz de lograr tal abominación.
-Ma… ta… me…-
A decir verdad, esta
petición me tomó por completo desprevenido; sabía que aquel murmullo provenía
de la jovencita que de alguna forma había ayudado a escapar de la policía pero
aquel murmullo suplicante, apenas se hizo escuchar cuando se repitió de nuevo:
-Ma…
ta… me… por… pie…- la casi ininteligible voz entrecortada, provenía del descuartizado
cadáver pues no era más un cuerpo, entonces reaccioné y corté la cabeza al
momento que todo el cuerpo se deshacía en sal, generándome por un instante
aquella satisfacción infantil y retorcida de observar el suplicio de un ser
vivo.
.∙.
Es verdad, fue una
experiencia traumática y a día de hoy, no he logrado sacar de mí y sólo conseguido
disfrazar con algún recuerdo que sí bien podría parecer grato, no es más que escoria
en mi memoria, iniciando por el grotesco espectáculo que pasó de ser lo que
podría considerarse “una joven atractiva” y terminó transmutada en algo que ni
siquiera yo mismo tengo “las vísceras” para platicar sobre ellas, sea por algún
resquicio de temor al juicio de quien llegase a leer esto o por conservar un
recuerdo breve y a la vez sustancioso sobre esa persona hermosa, de la cual tal
vez por cuestiones de tiempo o por mi sensación de enamoramiento estúpido, ni
siquiera pregunté su nombre o “pasó de largo” en mis recuerdos.
.∙.
Lo que más recuerdo de
aquella noche infame -dejando a un lado lo ocurrido en la ciudad- fue entonces,
estar caminando a paso rápido por las calles centrales del llamado “Barrio Bravo” y en breves instantes,
comenzar a introducirme en la zona que cabe decir, tampoco era de las más “seguras”, ni en esos años ni a día de
hoy.
Algo que debe
destacarse es la violencia de las personas del lugar y a la vez, la lealtad que
se profesan entre ellos mismos o a quienes consideran “dignos”, como ejemplo
está la “rivalidad” con el municipio de Nezahualcoyotl,
en donde se planteaba: “Yo no hago
desmadre en tú casa y tú, no vas a hacer desmadre en la mía y sí alguien de
fuera viene, no’mas me chiflas”, por suerte, esa situación no aplicaba a
“la gente” como yo, puede sonar ridículo, más tomando en cuenta que dicho
municipio apenas contaba con diez años o menos de haberse instituido pero así
fue por lo menos treinta y cinco años. En ese momento no me importaba. Estoy
cambiando el tema.
.∙.
No podría decir cuánto
tiempo tardé en llegar a las calles de El
Barrio de Tepito pues éste “es cercano”, tampoco mencionar lo que pude
llegar a ver puesto que mi mente estaba “en
blanco” -por decirlo de alguna manera- No tengo certeza de “Que” o a
“Quien” pude llegar a encontrarme, sólo había una cosa en mi reseco cerebro:
Destruir a quien hubiese sido quien entró a mi casa y masacró a esa joven. No
recuerdo su nombre y hasta el momento, no me he tomado el tiempo de investigar
su identidad, es verdad que incluso en estos días no me taladra la mente,
gracias a que no fui yo quien la ultimó, existe la probabilidad de que no
estuviera buscando al asesino por una “Venganza Pasional”, sí no por el hecho
de haber irrumpido en mi refugio y hacer tan atroz acto; en ese momento no me
importaba y sé que mis motivaciones estuvieran mal encausadas pero lo que aun a
día de hoy no pienso tolerar, es el hecho de que un desconocido llegue a mi
casa, “Entre como Juan por la suya” y
haga galimatías sin recibir castigo.
No recuerdo con
exactitud recorrer una zona en concreto, sólo algunas imágenes difusas;
recuerdo haber pasado por el Hospital
Gregorio Salas para llegar al mercado de Granaditas y entonces haber cruzado el Eje 1 Norte o también llamada Avenida
Granaditas, fue hasta ese momento en que adquirí un poco de lucidez, había
estado cruzando las calles como “un loco” hasta comenzar a percibir el extraño
ambiente que se siente en la zona, incluso siglos antes de comenzar a caminar
entre los mortales.
Fue extraña la visión
que obtuve al cruzar ese Eje Vial y
entrar en el Barrio, toda la visión duro algunos segundos pero para mí sé que
pudo haber durado aún más. Es bien sabido que desde tiempos remotos dicho lugar
ha sido un centro cultural y de comercio importante, pasando del objetivo de
intercambio, se podían encontrar servicios de todo tipo -incluso hoy- desde enceres domésticos
básicos, artesanías y electrónicos, hasta esclavos o “mujeres en alquiler”. Es
obvio pensar que no estaba pensando en satisfacer mis necesidades, aparte de
ser consiente que eran desvaríos míos; en esa visión vi a una mujer en extremo
hermosa -cabe decir también demasiado voluptuosa- primero disfrutando y
“pasándolo bien” con la gente que visitaba la zona de mercado, incluso que
algunas escenas eran dignas de una película erótica de alto presupuesto -demasiado
alto. Eh de admitir que movieron mi morbo a pesar de no disfrutar de ello- y
segundo, verla realizar los legendarios sacrificios a sus dioses, dirigir
grandes ejércitos con bestialidad contra sus oponentes para después, pasados
algunos años, hacer imposible la vida a los Conquistadores
y al final, fallecer en una hoguera; poco después logré verla regresar en otro
cuerpo, ahora era un hombre que me fue bastante familiar.
Supongo que fue el
instinto lo que me hizo mantener entre las sombras y a pesar de esto, continuar
observando la vida que parecía correr por las estrechas calles del mencionado
Barrio y de alguna forma, retomando el control de mí mismo.
.∙.
Trayendo de vuelta los
recuerdos puedo notar el haber sentido una presencia observándome, con
expresión tanto de un meticuloso científico como de un niño mirando casi con
admiración una “Granja de Hormigas”. No es grato admitir ésta sensación así
tampoco la sensación de vulnerabilidad de saber que en el momento de hacer una
cosa que “Mi Observador” considerase no adecuada, podría destruirme con “una
mano en la cintura”. Continúo preguntándome: ¿Por qué diablos terminé pensando en el Nahual o lo que sea qué es?
.∙.
Caminé entre las
decadentes calles un largo tramo -cabe destacar que no lo menciono por el
aspecto en sí, sí no por las toneladas de basura en las zonas comerciales de
todo el país- No estoy seguro de que fue lo que me llevó hasta ese lugar pues
sólo llegan a mi memoria sobre ese momento en particular, breves “flashazos” sobre las calles, algunas
personas o algo similar; en ese momento era como sí yo mismo estuviera por
completo drogado o algo demasiado similar, situación que quedaba descartada
debido a mi naturaleza y que tampoco había consumido sangre humana, es probable
que me sintiera así debido a mi abstinencia. Llevaba varios días sin probar
algún “alimento real” para mi especie, situación que también atribuí a mi
estado de contención y el extraño sentimiento o sensación de “moralidad” que me
inyectaba el ambiente en que estaba acostumbrado a moverme por esos tiempos, a
la vez era igual de extraño notar todas las cosas vivas con un extraño tono de
belleza, algunas veces incluso los objetos que por obviedad, no gozaban de la
mencionada facultad y sin embargo, me contagiaban de “Vida”. Tomé consciencia
esporádica al estar en las entrañas del mencionado Barrio y cuando comento lo
de “entrañas” es en forma textual, pues en algún lugar bajé por alguna
alcantarilla a lo que parecía ser el drenaje profundo y aún más, sorprendido
por momentos, vi mi ropa empapada de diversos residuos -dejo a la imaginación que “tipo de residuos”- tanto que
algunos de ellos estaban “pegados” a la suela de mis zapatos, incluso en
determinado momento pude ver también pedazos de carne o algo similar sin
ninguna explicación coherente a un ser humano convencional.
Aturdido y a la vez
confundido, me acerqué a una estructura de lo que parecía ser alguna disposición
de piedra y para mi sorpresa -de nuevo- estaba desnudo por completo. No tenía
idea de “Quien o Cuando” me generaron ésta sensación; observé con detalle toda
la combinación y cabe decir que en definitiva, no era humana o por lo menos, como
se imagina: los muros llegaban a alcanzar los cinco metros y el desagüe como
tal, en su parte más profunda alcanzaba los diez metros de profundidad
generando la caída de la misma a algún lugar aún más profundo, la piedra de la
que se formaba la superficie visible aunque mantenía la base de arquitectura
humana. Al analizarla puede concluir que ninguna herramienta hubiera logrado
cortar tan precisos trazos o unirlos para crear algo similar tanto en
resistencia como en maleabilidad en su momento. Escuché una voz:
-Ven… mátame… o yo… te
mataré…-
Fue como un susurro
dulce, seductor y a la vez estremecedor al tiempo que reaccioné en tener una
botella de cristal en la mano. Nunca supe quién o como llegó el pequeño frasco
a mis manos, sólo que “Estaba allí”.
Todo me parecía confuso
y entonces, reaccioné a la luz que iluminaba toda la estancia sin generar algún
destello. Era obvio que no me encontraba en México
o alguna parte del mundo conocido, era una especie de “dimensión alterna” en
que nada tiene sentido, como en algún extraño sueño; continué avanzando un
largo tramo dentro de lo que suponía -de manera, en exceso errónea- era el
Drenaje Profundo de la ciudad, pues al poco avance, aunque vi “el final del
túnel”, tenía la certeza de no esperar una luz diurna sí no algo por completo
artificial. Había hierba verde y botones de hermosas flores en diversos tamaños
pero de igual forma extraña, había una serie de insectos de tamaños que tampoco
podrían catalogarse como “normales”, tanto por el tamaño descomunal que presentaban
o la “actitud” al momento de acércame, fuera observarme por instantes y salir
huyendo o alejarse con cierta indiferencia. Note también la presencia de
algunos “hombres” pequeños pero a la vez estilizados en su forma, era obvio que
no presentaban un rasgo de enanismo o algo similar -no lo digo por discriminar
a estas personas- por el contrario, gozaban en definitiva de rasgos estéticos y
fuera de cualquier concepción humana, lo que me hizo dame cuenta del tamaño
inmenso y colosal de la estancia, podían esconderse a mi vista sobrehumana u
“ocultarse en los muros”. Llegué hasta un pequeño claro entre la maleza que
también cubría la estancia quedando de pie allí, sólo cubriendo cualquier
vestigio de pudor sólo con mi vello púbico. De nuevo escuche esa voz que me
hablaba desde lo más profundo de mi psique:
-Bébelo…-
Supuse que se refería a
la pequeña botella que apareció entre mis manos de un instante a otro, no
estaba en posición de objetar y tampoco estaba “en mis cinco sentidos”, me
sentía como en una de mis primeras borracheras con aguardiente o pulque; a
pesar de que realizaba todo lo que esa voz me decía sin poner alguna objeción,
tampoco dudé en sentir un poco de nostalgia por mi vida perdida… sólo un poco. Por
un instante también dudé en beber de la pequeña botella, nunca lo había hecho
-por lo menos desde aquella noche en la iglesia- vertí un pequeño sorbo de líquido
sobre la palma de mi mano y a pesar de que la consistencia del líquido era
similar a la sangre de la cual me alimentaba, el color era extraño, me
recordaba bastante al jarabe de chocolate y a decir verdad, el sabor también
era parecido… demasiado.
-Bébelo, no desconfíes.
No gastes fuerza, sabes que existen demasiados de quien en verdad, debes desconfiar-
Podría decir que
pasaron miles de cosas por mi cabeza pero la verdad, es que tampoco “me
importaba demasiado”, así que sólo tomé el pequeño frasco y lo vacié sobre mi fatigada
y reseca garganta.
Al tocar la primera
gota sentí un sabor amargo -dándome el sabor de chocolate amargo- pero conforme comenzaban a correr las gotas sobre
mi lengua, la verdad es que el sabor fue haciéndose más agradable, incluso
dulzón, también reconfortante, podría decir que sedante sin llegar a entorpecer
mi movimiento. Me deje caer sobre alguna superficie plana -tal vez de alguna
roca-. Cerré los ojos.
.∙.
Logré abrir mis pesados
parpados. Me queda claro que no es un gran acontecimiento o algo similar, sin
embargo, las emociones y sensaciones experimentadas en ese instante sí son
dignas de rememorar, desde el hecho de sentirme “Vivo” -como antes de aquel
encuentro en la vieja iglesia- o sólo deleitar la visión con cosas maravillosas
por definirlas con palabras en forma vacía, pues sé que jamás podría siquiera
intentar retratar los hermosos y a la vez terroríficos rasgos o los gráciles y
felinos movimientos de esos “niños”. Estaba confundido.
Miraba a un grupo de ellos,
de entre siete y doce años, desnudos, bailando o correteando a través del
mencionado lugar y pintados de pies a cabeza; eso no fue lo más extraño, si no
al ver con detenimiento o prestar un poco de atención a sus mandíbulas -en
concreto a los dientes- era lo más extraño que se podía ver: dos hileras de
dientes blancos con perfecta formación y por completo limpios a pesar de la compleja forma pues no era visible a
simple vista, situación que se podría entender como lógica; guardaban simetría
y estética en su doble hilera, a pesar de no ser visibles a simple vista y las
cabezas ¿Qué puedo decir de las cabezas? Desde los huesos parietal y occipital crecía una “masa” larga similar a los Cráneos de Paracas -no tengo certeza de
en qué año se dieron a conocer- o incluso, a los de los antiguos reyes de
distintas civilizaciones como de las zonas del Antiguo Egipto o de los legendarios Mayas, lo que sí cabe destacar es que la cavidad craneal se extendía
en forma horizontal y en gran parte cubriendo la misma con el cabello para
hacerlos pasar por humanos normales o eso parecería pues como comenté, el color
de su piel, los delataba.
Todo eso sólo
definiendo el aspecto más notable, describir sus fisionomías es algo difícil
pero lo intentaré: dejando de lado la mencionada pigmentación azulada o
verdosa, podía ver cada uno de sus rasgos a la perfección, sé que mi capacidad
de sentidos aguzados bien pudo ayudarme, daba el aspecto de ser una joven de
trece o catorce años, lo que es vedad es que el mismo aspecto físico, se notaba
demasiado desarrollado puesto que a pesar de su aspecto aniñado, era obvia la
diferencia de edades a los otros “niños”. Era evidente que a pesar de la diferencia
de edades ella era la mayor, empero de las facciones comentadas era difícil el
no ver los grandes senos proporcionales a su tamaño, carentes de pezones, esperando
distinguir un ligero pliegue que iniciara su formación, los ojos de la en
apariencia joven mujer tenían una viveza sólo capaz de mirarse en niños
pequeños sorprendidos por algo que les causara asombro a pesar de que nada era
capaz de sorprenderla; de la cintura para abajo se notaba de manera casi
imperceptible, una ligera alforza de algo similar a lo que supuse seria ropa,
una especie de recubrimiento similar al látex.
Al igual que en la zona
pectoral pude ver el ligero cambio de textura y consistencia al momento de
pasar a formar los labios que también eran gruesos y carnosos, casi suculentos,
siempre y cuando se ignorara la aterradora parte interna de la misma; algo que
también debo y me siento obligado a mencionar, es la casi seductora forma de
los mismos, algo similar a la figura de un corazón sin las imperfecciones del
mismo y que a la vez, son insuperables a ojos humanos. Los ojos tenían una
tonalidad extraña pues de acuerdo a la tonalidad de luz y al ángulo de visión,
podían cambiar de violeta a un azul profundo o de un rojo intenso a un color de
naranja madurada.
-¿Qué te trajo aquí o
es que “quieres vengar” a la pequeña mujer a quien diste asilo?- dijo en un
tono que bien podía parecer mordaz en su tono de voz delicado, casi el susurro
de alguna soprano hablándome al oído.
Tomé un poco de fuerza
para levantarme pues a decir verdad estaba un poco tullido y aún mareado.
-No me importa “qué o quién
seas”, sólo te diré que voy a matarte, es lo único que necesitas saber- aun me
sentía confundido.
La pequeña y extraña
“mujer” se notaba confiada y por fortuna, yo también estaba recuperando la
coordinación.
-No debería importarte-
respondió ella a pesar de que no movía los labios y solo se notaba una ligera
dilatación en sus pupilas -De aquí, sólo saldrá uno de los dos y eso dependerá
de tus habilidades- ella se acercó y tomó asiento en una superficie que parecía
estar destinada para el descanso de alguien de mayores dimensiones.
Me apoyé sobre los
brazos para reincorporarme; recuerdo tambalearme e incluso caer sobre las
piedras, me incorpore sobre mis lánguidas piernas con dificultad. Pocos
instantes después el mareo había pasado.
-Nunca había probado
esa sustancia en alguno de los tuyos. Aun así parece que funciona… eso es buena
señal-
No respondí. No era por
falta de elementos, sensación de mareo o algo similar, sí no por visualizar el
aspecto real de esa “criatura”, situación difícil pues se mezclaba la idea de
su aspecto angelical con el de alguna bestia casi mitológica, tampoco -no menos
importante- sentí temor, no fue la primera vez que me encontraba ante seres
infernales o similares, era ella por completo lo que me generaba ese malestar.
-No te molestes en
preguntar estupideces, te lo resumiré sencillo- dijo ella con un tono casi
prepotente -Nosotros estamos algunos niveles arriba del ser humano en cuanto a
evolución… por no decir que bastantes… sólo que el estúpido sentimiento de
superioridad, obsesión de control y pseudo-autodominio los limita- sonrió en
forma sarcástica y luciendo por un instante su dentadura que si bien era blanca
en exceso, la forma afilada y delgada de los mismos y la sutil e imperceptible
lengua bífida, daba un aspecto lúgubre e intimidante que se ofuscaba con el
sonido melódico de su voz -que no era tal-, la silueta de su figura y la
profundidad de sus cambiantes ojos -Parte de nuestra ética y por lo que
continuamos existiendo es valorar la vida, en tú caso no es el hecho de que
“estés muerto”, esas son cuestiones éticas y filosóficas que tampoco me
corresponde abarcar en éste momento- se puso de pie en un instante que a mí
mismo me pareció eterno a la vez que me daba un breve vistazo de manera somera a
su diminuta majestuosidad y continuando hablando como en un monologo o cátedra
girando de manera repentina la mirada hacia el grupo de niños y una vez más, chasqueando
los dedos haciéndoles desaparecer, primero convirtiéndolos en ceniza e
instantes después en una nada absoluta, ni siquiera en el sutil aroma de carne
chamuscada y que puedo jurar sentí.
-¿Qué hiciste?- dije en
un susurro temeroso.
-¿Los eliminé de éste
plano de existencia?- fue la extraña y a la vez casi burlona respuesta que
dibujó en mi rostro una expresión de congoja y desconsuelo -No te atormentes,
ellos sabían para que fueron creados y que en cualquier momento se irían- por
un momento me dio la impresión de girar su rostro hacia mí y dibujar esa
sonrisa tierna a la vez que escabrosa
junto con la expresión que mencioné, entonces cambio la modulación de su voz en
por lo menos quince años en su madurez, situación que me causó repugnancia a
pesar de estar consiente de no escuchar su voz “tal cual era” y siendo yo,
quien rompía el silencio con mis alaridos, haciendo vibrar el inmenso salón.
No podría definir el
“por qué”, tampoco pude atacar en ese momento, no sé sí era a causa de su
belleza sobrenatural, casi extraterrena o algún artilugio o hechizo sobre mi
“persona”.
-Será sencillo… más
para ti- continuó -Por tradición no puedo renunciar a mi existencia en éste
plano, para nuestra mala fortuna, soy apegada a mis principios y como tal,
tampoco hay entrada para el suicidio… eso sería demasiado fácil. Entonces sólo
hay dos opciones- dijo en un tono que me pareció burlón e indiferente… bastante
-Me destruyes o mueres en verdad. Fácil, ¿No? Por cierto, tú “amiguita” se fue en paz, lo que
escuchaste no era ella, sólo un reflejo programado de su voz para hacerte bajar
aquí… y las ratas también-
-¿Fácil? ¿Tanto como
chasquear los dedos?…- respondí en el mismo tono indiferente que ella y me
trague el impulso de saltarle encima al momento de mencionar a la joven, la
verdad es que me estaba cagando de
miedo al mirarla de frente y darme cuenta que mantenía su posición de
emperatriz de todo lo creado… o esa impresión me dio. Ella se puso en pie y
caminó hacia mi dejando ver la bastedad de su poder con sólo dar un paso; me
sentí intimidado a la vez que fascinado al ver su fisionomía expuesta por
completo, no podría siquiera intentar explicar cuáles eran los motivos que me
provocaban sumisión, es tan sencillo como eso, “es”, así de simple.
-Debemos hacer esto de
manera adecuada- dijo ella en un tono que me pareció casi eminente a pesar de
la situación en que me encontraba y entonces, abrió por primera vez la boca
-Esto es la forma correcta- dijo con una voz más clara a la vez que harmónica,
pude jurar en ese momento que aquella palabra tenía una obvia instrucción y a
la vez, comenzando a pronunciar palabras que ni siquiera podría intentar
pronunciar, haciendo la situación más extraña para mí aunque estaba consiente
también de estar relegado de mis “iguales”; entonces y sacándome por completo
de contexto, ella comenzó a hacer ademanes como si se estuviera quitando algún
ropaje e incluso, desprendiéndose del extraño aditamento que cubría su cadera,
situación que de haber gozado de circulación sanguínea, me hubiera hecho
ruborizar, a lo cual ella respondió sin inmutarse -Sé que ésta situación puede resultarte extraña e incómoda, sé también que
a pesar de tú condición aún eres regido por la falsa y estúpida “moralidad”
humana. No refutare a eso-
-¿Qué eres?- pregunté
con algo de temor… no fue “algo de temor”, era ¡Terror absoluto! A ésta altura “del
partido”, sería ridículo comentar las emociones que cruzaban por mi cerebro que
bien podían ir desde las más aberrantes perversiones a la más sublime expresión
de cariño y respeto, de momento me extrañó la expresión en su rostro al igual
que observé con mayor nitidez el verde-azulado de su pigmentación, llegando a
mi cabeza la tonalidad que llegaban a alcanzar las aguas de la zona costera del
mar Caribe mexicano... o un cadáver
putrefacto.
-Eso en éste momento no
importa- hizo una pausa que podría considerarse “incidental” -Se puede decir
que Nosotros somos los padres de ésta
“humanidad”… su manera de medir el tiempo es errónea y vivimos lo que ustedes
ni siquiera llegan a imaginar… sin burlarme, esto es irrisorio- hizo una breve
pausa y gesticulación como “buscando algo”. Instantes después caminó hacia el
costado derecho y se inclinó para levantar lo que me pareció ser una simple
tubería metálica y en realidad, eso no me importó en lo más mínimo pues quedé
embelesado con la figura de su cadera, reviviendo en mi la sensación de
hormonas corriendo de “arriba a abajo” por todo mi organismo.
No pude hacer más que
quedar atónito ante la obvia indiferencia de aquella “Pequeña- Mujer-Milenaria”.
Esa figura era algo grotesco y a la vez, majestuoso. Me dejaba estupefacto a
cada movimiento podría parecer el de una persona con enanismo o los de una
mujer de estatura bastante baja pero con las formas estéticas acentuadas a la
perfección o con simpleza, una mujer por completo desarrollada en la imagen de
una niña de trece o catorce años, resaltando los finos rasgos por la pigmentación
o los sutiles y nimios detalles de tatuajes sobre la misma piel o
escarificaciones, igual etéreas e imperceptibles al ojo humano. Entonces ella
dijo:
-No te sobresaltes, es
natural que tengas esas reacciones a pesar de no gozar de vida tal cual se
tiene concebida- hizo una breve pausa tomando un poco de aire -¡Estoy lista!-
giró su cuerpo en un movimiento casi felino y al quedar frente a mi concluyó
-Esto terminara rápido… o eso espero- extendió su delicada mano al frente e
invitándome a avanzar como en un extraño ritual que me recordó por un breve
momento a alguna especie de unión nupcial hasta llegar a un enorme circulo que
no había notado, supongo que por los efectos de aquella sustancia que tampoco
percibí haber ingerido y recordé el haber bebido la sangre de las ratas que de
alguna manera, me supieron extrañas y aunque me sentí restituido, tampoco me
sentí “agresivo” o a la defensiva.
-¿Qué pretendes?- noté que
en mi voz se notaba una obvia sensación de miedo a lo desconocido y puedo decir
ahora que esto mismo limitaba también mi capacidad de lenguaje haciéndome
articular las palabras justas -¿Qué buscas?-
-Mi tiempo en éste
plano de existencia ha concluido- continuó a diciendo -Tú te sientes mal por
sesenta o setenta años… ¡Imagina cumplir veinte mil años!… en verdad no creo
que alguno de los tuyos pueda soportarlo… ni siquiera la mitad de eso… ¿Estás
preparado?-
-No te entiendo… ¿A
qué…?- no pude siquiera terminar mi cuestionamiento, un duro golpe con lo que
parecía ser el mismo ambiente me hubiera partido a la mitad con facilidad pero
por alguna extraña razón, resistí. Por un instante olvide que no respiraba y
sentí también la necesidad de inhalar aire, de la misma forma, olvidé que ella
“leía” mi mente.
-Espero que ahora si
tengas motivos…- su voz tomó un tono que bien se podría definir como oscuro o sombrío
y su fisionomía se notaba “hinchada” por decirlo de alguna manera. Sonrió en lo
que también se podría precisar como maliciosa, incluso burlona y entonces vi
algo difícil de dilucidar a perspectiva humana:
Sus músculos, cada uno
de ellos comenzaron a crecer de manera acelerada, por no decir que también
exagerada y a la vez, conservando la forma de la pequeña mujer que había visto
antes y me había cautivado con su etérea perfección pero en ése momento, a
pesar la de situación, tampoco mi percepción se alteró y observe como una
mariposa saliera de su capullo -igual etéreo- y entonces, me recordó a Beth Phoenix o a Chyna Laurer, recordando a las posteriores WWF y WWE de no ser por
el cabello que en su caso es rubio y negro, de igual forma, lucía imponente y
dominante, a la vez que tierna y sensible siendo que en aquella época no era
común ver a mujeres con tales proporciones. Ella se acercó a mí con ese extraño
-en realidad no era extraño, sí no una verdad absoluta- aire de grandeza
haciéndome ver y sentir más que inferior, me tomó por el cuello y levantándome
con facilidad dijo:
-Observa a donde va a
parar tú civilización, será la paga por provocar y tratar a la mujer igual o
peor que perros, siendo que ni siquiera un animal merece recibir el aún más
abominable trato que les dan-
“Lo peor del caso” es
que tenía razón, no tenía posibilidad de hablar, ni siquiera de pensar, sólo
logré pensar:
-P… e… r… d… o… n…-
-¿Piensas que sólo con
eso expiaras las atrocidades que ha hecho tú raza contra ellos mismos?- me
arrojo con violencia al piso provocando un fuerte impacto de mi cabeza contra
el suelo -Debería hacerte un poco de lo que han hecho los humanos en contra de
ustedes mismos, aplicarte tan sólo el previo a una violación o alguna tortura
inquisitorial, sé que sería un placer para ti… o una película Snob como las que se grabaron durante la
Segunda Guerra Mundial… pero no, eso
al final sólo te provocaría placer-
-Te… equivocas…- con
bastante esfuerzo logré articular palabras, el impacto casi me habría roto el
cráneo y me sentí como si estuviera a punto de sufrir algo mayor que una
conmoción cerebral -Hace bastante que no disfruto con eso- me sentía aturdido
pero también molesto conmigo mismo al saberme indefenso, tanto en cuestión de
argumentos como en forma física -Es verdad que el ser humano es detestable-
hice una breve pausa como tomando aire a pesar de no necesitarlo, observándolo
todo y generando una especie de táctica para defenderme -Sin embargo, no es
justo “echar a todos en el mismo saco”-
tomé un poco de impulso hacia mi probable verdugo con las garras que hacía poco
tiempo logré generar con el poder de mi sangre y la fuerza sobrehumana que de
igual manera imprimía a mis articulaciones haciéndome elevar del suelo casi
tres metros con una fuerza desmedida a mis proporciones físicas.
-¡Vamos!- fue lo último
que escuché.
.∙.
No sé qué ocurrió,
tampoco sí en realidad logré derrotar a esa hermosa criatura, como se fue, del
“por qué” me dejó continuar existiendo o el saber el cómo logré llegar a la
zona en que se encontraba el extraño santuario. Logré reaccionar el día 10 de
octubre con las dos espectros a un lado de mí, con sus sonrisas burlonas
diciendo:
-Despertó “el bello
durmiente”- no logré distinguir cuál de las dos lo dijo, estaba bastante
“atontado”.
-Sé que no debería
decirlo- dijo Lupe con una sonrisa
divertida -Te veías “lindo” mientras dormías en tú féretro- hizo una leve
pausa, miró a Marcela quien se
mantenía a la altura de mis pies y sonriendo con malicia me dijo mientras me
acariciaba el rostro con fehaciente desdén -Si, te mirabas tranquilo y en paz,
tal cual nos debimos de ver nosotras sí no hubiésemos sido condenadas a una
“Fosa Común”- entonces su rostro se deformó haciéndome ver en instantes todas
las vejaciones por las que en su momento debió pasar -Eras la perfecta imagen de una foto post mortem-
-No te preocupes- dijo
ahora Marcela acariciándome con su sutil y gélido tacto -Estás “Vivo” y
nosotras contigo para hacerte “reflexionar” sobre todas las atrocidades que
hiciste o solapaste arropado por tú falsa, idiota y ridícula “fe”-
-¡Cállate!- intenté
levantarme pero no logré siquiera mover un dedo.
-Son las once de la
mañana, sí quieres abrir la ventana y disfrutar del calor del sol, por nosotras
no te preocupes, sólo procura no “broncearte” demasiado-
-¡Jodete!- respondí con el mayor mal gesto que pude y que tampoco
expresaba demasiado pues aparte de la situación diurna que de por sí me
debilitaba, sentí un ligero mal estar en la cabeza a pesar de no sentir un
dolor “tal cual es”, me hizo quedar postrado cuatro noches más sin lograr
moverme.
Me duele admitir que a
pesar del aparente desprecio que las dos espectros me profesan, a la vez me
procuraron “a su manera” y supongo que aunque el sentimiento sea mutuo, nuestra
relación se ha vuelto más “intima” conforme han pasado los años. ¿Qué ocurrió?
No lo sé y a decir verdad, tampoco quiero saber pues el hecho de haber sido
apaleado por una mujer de apenas un metro y medio de estatura, con dos hileras
de dientes, piel azul, lengua bífida y en extremo hermosa es bastante surreal
para siquiera narrarlo. Debo investigar el nombre de la joven… algún
día...