Hace algunos años, escribí éste relato para una persona muy entrañable para mi... es la protagonista de éste cuento, tristemente, no se lo logré mostrar, ya que según ella, ésta enojada conmigo, no sé por qué y a éstas alturas del partido, no me interesa saberlo.
Sí
todos se empeñan que pensar es pecar,
yo
voy a vivir sin parar de pensar.
Sí
todos se empeñan que pecar es pensar.
Yo
voy a vivir
¡Sin
parar de pecar!
Lujuria
– Sin Parar de Pecar
Algunos meses antes de que Rogaciáno
Rubalcaba tuviera su séptimo y definitivo intento de suicidio, sumergido en una
aguda y profunda crisis psicótica debida al haber cortado de manera abrupta su
tratamiento de medicamento psiquiátrico, despertó temprano por la mañana, buscó
entre sus documentos oficiales lo necesario y salió de su casa en dirección de
la Farmacia Paris, dispuesto a
comprar por lo menos veinte gramos de sal de cianuro para terminar con su
agonía antes de concluir el mes de Agosto.
A pesar de su estado de ánimo, aún
faltaban varios meses para llegar a su “fecha de caducidad”. Una lluviosa
primavera iniciaba su ocaso con bruscos cambios de temperatura que de alguna
extraña manera le turbaban.
-Humanidad estúpida- pensó -Estamos
asesinando a Tlalitonantzin-
Rogaciáno sabía bien que sus
razonamientos no estaban del todo equivocados, aunque tal vez alterados por su
condición anímica, sin embargo también estaba consciente de que no eran la verdad
absoluta ni tampoco el primero en pensarlo pues la música de grupos españoles y
argentinos de Rock o Heavy Metal como La
Renga, Reincidentes, Vrede y Warcry le habían servido como bastidor de inspiración para hilar
sus razonamientos radicales, retorcidos y excluyentes con los cuales definía a
la gran mayoría de sus congéneres humanos como “Normales” o Eloi en un tenor altanero y despectivo.
Esa mañana salió de su casa disfrazado
como Asesino Serial, “Vestido como cualquier persona”, pues debía dar una buena
impresión ante los encargados de la administración en la farmacia al momento de
presentar la carta con la que solicitaría la venta del peligroso elemento
químico, el cual pensaba ingerir acompañado de una taza de café imaginando que
bebería un delicioso cappuccino
cuando sintiera la corrosiva espuma recorriendo su garganta. Estaba dispuesto a
consumir los veinte gramos de “un solo golpe”, cantidad capaz de matar a un
caballo. No pensaba fallar una vez más. Los ases bajo la manga para lograr la
compra de las sales necesarias para su “coctel letal” eran: que la persona
encargada de recibir la documentación pertinente desconocía su trasfondo como
paciente en un Hospital de Especialización Psiquiátrica, con diagnóstico de
Depresión Máxima y Trastorno Esquizoide de la Personalidad, así como su amplia
retórica.
Escuchaba en su reproductor de música
portátil el álbum recopilatorio Blast
from the Past de Gamma Ray -Ya no
me trago lo de Heading for Tomorrow-
pensó Rogaciáno al llegar a la estación del Metro
Chabacano, revisó la hora en su teléfono celular; aún era temprano y había
muchas personas de quien deseaba despedirse. Desvió la ruta y transbordó en
dirección Taxqueña con la intención
de visitar “El Café Literario”, beber
algunas tazas de buen café y chingar a La-Pandeja-de-Alejandra,
entrañable amiga suya desde hacía ya bastantes años.
Rogaciáno llegó hasta la estación Xotepingo del Metro Férreo, caminó dos calles y cruzó la avenida División del Norte. La pequeña barra de
la cafetería se encontraba cerca de la entrada y allí estaba Alejandra inclinada buscando algunas
cosas y entonces él, con su negro y desagradable sentido del humor dijo en voz
alta:
-Pinche
vieja, no me había dado cuenta de que tienes excelente “retaguardia”
-haciendo obvia referencia a los glúteos de su amiga -Juro que no “te canto un palo” por no poner en riesgo
nuestra amistad y porque gracias a los a psicoactivos, no me responden bien las
gónadas, sin contar con mi ya de por sí pésima reputación como amante, la cual
se confirmaría en absoluto ¡Que buen culo
tienes!-
Alejandra se sobresaltó al escuchar la
aguardentosa voz que conocía de manera sobrada y casi se golpea la cabeza con
una repisa al incorporarse. Dio media vuelta y con una amplia sonrisa le enseñó
el dedo medio a su viejo amigo con quien era notorio que se “llevaba bastante
pesado”.
-¡Me
caga que no me avises cuando vas a venir!-
-Sí no utilizaras mallas bajo la falda
atraerías mayor clientela masculina y lograrías mejores propinas- respondió
Rogaciáno acentuando una expresión libidinosa sin quitarle la mirada de la
cadera.
-¡Deja de verme al culo!- reclamó ella -¿Que milagro que vienes a visitarme y vestido
como la gente “decente”?- la sonrisa de bienvenida en el rostro de Alejandra
fue amplia y sincera.
-Son tres los motivos por los cuales
estoy aquí: el primero, hacerte sonreír y ya lo logré, el segundo es que se me
antojo un café y crucé toda la maldita ciudad para que tú me lo prepares; por
último el más estúpido de los tres es que sentí la extraña necesidad de
platicar con alguien y tú fuiste la primera persona que cruzó por mi mente-
Mientras preparaba la cafetera con una
nueva carga de grano Alejandra respondió:
-No sé sí tomar tu comentario como un
insulto o un halago, lo bueno es que te tragaste tu puto orgullo y espero que hoy te dignes a desahogar algo de lo que
tienes en tu enferma y estúpida cabeza-
-Tómalo como quieras. Aunque resolviera
decirte algo de lo que pienso y siento, responderías como toda la gente
“Normal”-
-¿Como responde la gente “Normal”?-
preguntó Alejandra con sarcasmo.
-Cegada por la ignorancia y los
prejuicios ante lo que escapa de su escaza comprensión-
-Si güey,
la verdad es que eres un genio y filósofo incomprendido- respondió ella ahora
con ironía mientras servía a Rogaciáno una taza de café con excelente aroma.
-La verdad absoluta no existe- él sonrió
luciendo su amarillenta dentadura -Algunos dicen que la verdad está escrita en La Biblia, yo digo que es en el Liber Al Vel Legis, sólo es cuestión de
criterios- encendió un cigarro, tomó asiento y continuó -¡Haz lo que quieras,
esa es la ley! Cualquier pendejo
cree, no cualquier pendejo sabe-
Alejandra sonrió dejando a un lado el
sarcasmo. No había mucha clientela y podía darse un poco de tiempo para
platicar con su viejo amigo:
-En eso estoy de acuerdo, sin embargo
¿De qué sirve saber tanto sí no se gana nada con ese “conocimiento”?- Alejandra
tomó asiento del otro lado de la barra y encendió un cigarro.
-Es triste pero cierto- respondió
Rogaciáno -“Tanto tienes, tanto vales y
como te ven te tratan”. He vivido en carne propia esa absurda realidad-
-No todo el mundo piensa así, aún
existen quienes te valoran por lo que llevas en el cerebro y en el corazón-
-¿Cuántos son? No conozco mucha gente
que lleve a cabo lo que siente y piensa- él sonrió con amargura -¿Por qué no
hago lo que propongo?-
-¿Te has hecho esa pregunta a ti mismo?-
a pesar de que el tono de la observación podía prestarse una vez más al
sarcasmo, Alejandra lo realizó de manera seria.
-Lo hice durante bastante tiempo y esto
sólo me arrastró al ostracismo social gracias a la ignorancia, hipocresía y
prejuicios. A pesar de eso ¡Soy el que
soy!-
-Me queda claro que tienes tus
convicciones “bien planteadas” ¿Por qué no haces algo para cambiar tú entorno?-
-Me
da “hueva”- respondió Rogaciáno con expresión de hastío, más manifiesta que
la ya de por sí enmarcada en su moreno rostro -Me rehúso a participar en el
absurdo juego de la sociedad humana ¡No voy a prostituirme!-
-No te entiendo, explícate-
-Te pondré un ejemplo: se dice por allí
que la razón nos distingue de los animales superiores y a pesar de ello las
mujeres continúan buscando Machos Alpha y
estos, hacen lo imposible por demostrar supremacía ante sus supuestos
“iguales”- Rogaciáno remarcó la última palabra con un gesto de dedos
-Pretendiendo demostrar que son más y mejores que los otros, logrando
reconocimiento entre la gran manada que es la suciedad… digo, sociedad humana.
Ésta manada se deja guiar con ceguera por dichos Alpha y las hembras de nuestra
especie los persiguen con fines de apareamiento aunque estos no les muestren
respeto ni lealtad. Pienso que se debe buscar a alguien que te ame, no sólo que
te quiera-
-Es verdad, las mujeres buscamos una
pareja que se distinga de los demás y nos haga sentir protegidas-
Rogaciáno dejó escapar una risotada
mordaz.
-¿Protegidas de qué? ¿De que llegue otro
pinche cavernícola y se las lleve
arrastrando por el cabello a su cueva para copular y mejorar la especie?- la
sorna era manifiesta -¡Por todos los dioses! La civilización humana se jacta de
utilizar la razón y ya no regirse por el instinto-
Alejandra soltó una escandalosa
carcajada y respondió:
-No es para mejorar la especie, de eso
ya se encargan los alimentos transgénicos. Al final del día, nos guste o no,
así es la vida en esta esferita azul y tenemos que aguantarla nos guste o no-
De manera repentina el rostro de
Rogaciáno se descompuso de angustia, se talló los ojos humedecidos, frunció el
ceño ahora con molestia, dio un largo trago a su bebida hasta vaciar el
recipiente, encendió otro cigarro con la brasa del que había consumido con rapidez
y perdió la mirada en los residuos de su taza diciendo:
-¡Sí la vida no es como la quiero, no la
quiero!-
Alejandra tomó la taza vacía de
Rogaciáno y con destreza la volvió a llenar con café caliente. Tomó asiento una
vez más y dio una profunda calada a su cigarro.
-Eres soberbio, prepotente y orgulloso;
también perezoso, amargado y estás lleno de rencor contra la vida- ella bajó la
mirada entristecida y continuó -Te conozco bien y deduzco tus planes, sólo
recuerda que los suicidas no van al cielo-
-Sabes que no soy católico y no me trago
esa basura sobre el cielo y el infierno; suponiendo que ese mito fuese verdad-
Rogaciáno se interrumpió para dar un sorbo a su bebida -Sí me voy al cielo
sería una verdadera condena de aburrimiento eterno, recuerda que al cielo se sube por una escalera y al
infierno se baja por carretera montado en una Harley Davidson-
Alejandra soltó una risotada ante la
broma Rockera y preguntó:
-¿Cuándo curaras tu amargo y estúpido
sentido del humor?-
-Pronto moriré de amor… de uno demasiado
decadente-
-Rogaciáno, el amor murió hace ya
bastante tiempo-
-No
está muerto lo que puede yacer eternamente- respondió el interpelado con
amargura.
-Entonces tú puedes vivir un poco más-
dijo Alejandra con una sonrisa amplia.
-Yo no soy amor, estoy lleno de
frustración, resentimiento y un tormentoso remordimiento de conciencia-
-Eres un pendejo- dijo ella con firmeza -Devora o serás devorado-
-No vale la pena- Rogaciáno acentuó su
expresión de hastío, apagó el cigarro y encendió uno nuevo -Aparte de eso ¡Que hueva! No soy un animal, por una
cruel, estúpida, ridícula y sádica broma del destino, soy un hombre ¿Devora o
serás devorado? Ese dogma social es una
mierda, real pero mierda. Los
judíos devoran a los “Gentiles”, el Clero Católico devora la inocencia infantil
y los Masones se devoran entre ellos practicando un canibalismo brutal y sin
sentido-
-Estamos en un mundo competitivo,
plenitud de la globalización neoliberal- respondió Alejandra con cinismo -Ya ni
siquiera amanece gratis-
-Insisto ¡Que puta hueva!-
-Debemos encontrar la manera de robarle
el fuego a los dioses-
-Nunca imaginé que tuvieras la
inteligencia suficiente como para hacer semejante metáfora sobre la Cultura
Griega-
-¡Chinga
tu madre!- respondió ella con una sonrisa socarrona.
Entró al lugar una pareja y ocupó una
mesa; sin previo aviso Alejandra se puso en pie para atenderlos rápida,
eficiente y alegre. Su sonrisa no era fingida pues disfrutaba de su trabajo, no
era en ella la expresión robótica tan común en quienes ejercen el oficio de
mesero, oficio noble que nunca deja a sus practicantes con el estómago vacío.
Después de algunos minutos la guapa mesera y Bar Tender regresó a su puesto de guardia tras la barra de la
cafetería.
-Me dejaste “pensando”- dijo Rogaciáno
-Llegué a una conclusión triste-
-Te escucho- respondió ella -Puedes
despotricar en contra de la vida sin temor a ser criticado-
-No me preocupan las críticas de ninguna
índole. Cometí durante más de tres años el abominable error de preocuparme por
lo que una sola persona pensara sobre mí y casi me transformo en un “pijo”-
-Conozco todos los detalles de la
historia ¡Ya olvídalo! Tu vida no es la única plagada de frustración y
desencanto-
Rogaciáno sonrió y dio el último trago a
su taza de café.
-Te ves bien cuando te vistes como
“gente decente”- continuó ella -Aunque sólo sea un disfraz, por dentro éstas
más muerto que Dios-
-¡No blasfemes!- respondió él con gesto
severo, imitando la actuación de Christopher
Walken en The Prophecy; ambos
soltaron una carcajada tan estridente que los pocos comensales del lugar les
dirigieron miradas desconcertadas
-Dije Dios, no Dio-
-Como te decía…- Rogaciáno retomó el
tema de conversación -El humano promedio, los “Normales”, la inmensa mayoría,
es tan estúpida que juzga y teme con terquedad dogmática lo que no conoce,
dejándose llevar y convencer por lo que dicen los demás, por igual temerosos-
Alejandra asintió con un movimiento de
cabeza indicando que prestaba atención mientras preparaba una cuarta taza de
café para su interlocutor.
-En el caso de nuestro “Amado México”,
sí dices Anarquismo, todos se ponen a la defensiva pensando en desorden total,
sin siquiera conocer un poco los fundamentos de dicha corriente ideológica y
política-
-Si- respondió ella con sorna -Dices Zeitgeist y te catalogan de Neonazi por la similitud germánica en la
fonética de la palabra-
-De igual forma, se confunde la libertad
sexual con promiscuidad y Liberalismo con libertinaje, Wilhelm Reich debe estar revolcándose en su tumba; supongo que la
concupiscencia es “chida” a cierta
edad, pero sí no lo hice cuando debía, no estoy dispuesto a hacerlo ahora-
-Olvidé que eras un “Santo”- Alejandra
exhibió su indiscreto sarcasmo -Lo único que tú necesitas es una mujer qué te
dé un par de bofetadas y una revolcada bestial en la cama-
Rogaciáno se cubrió el rostro con la
mano derecha para disimular y ahogar la risa.
-No te reprimas ni te deprimas- continuó
ella -Ríete y disfruta mientras estés vivo. Ésta cafetería es como una sucursal
de La Posada de los Muertos-
-¿En ésta cafetería también los muertos cuentan su vida y se ríen de
quien estando vivo desea estar muerto?-
-Así es, en esta vida no hay mucha
felicidad ni alegría pero una manera de hacerla llevadera es mirando las
expresiones de descontento de quienes se embriagan con el mundo material, en el
instante en el cual descubren la realidad dentro de la realidad, entonces y
sólo entonces, puedes reír dando por hecho que siempre tuviste razón-
-No “creo” vivir demasiado tiempo pero
“creo” qué lo que dices vale la pena ser escuchado- Rogaciáno recalcó el
adjetivo en su pronunciación.
-Por
mi puede reventar el planeta en su totalidad, quiero ver la civilización
destruyéndose ante mí- canturreó Alejandra.
-¡La
Polla es la polla!- respondió él con notable emoción -Mi principal problema
es que “ya escucho pasos en la azotea”
y mi mente me juega bromas demasiado pesadas. No tengo certeza de cuándo será
el día en que me altere por completo y ponga fin a todo-
-Mientras eso ocurre, intenta disfrutar.
Olvida eso de que la vida es hermosa y las bellezas naturales ¡Esas son puterias! Disfruta con las
contradicciones del género humano, eso nunca terminara a menos de que se desate
una gran epidemia de alguna enfermedad incurable, un meteoro de gran tamaño
caiga sobre Yucatán o algo similar-
-La metáfora de George A. Romero en Night of
the Living Dead, el verdadero virus es la humanidad-
-“Humanos” como nosotros- Alejandra
sonrió agria y burlona -Somos el antibiótico, los glóbulos blancos que pierden
la guerra contra el SIDA social-
-¡No hay futuro!-
-Nunca lo ha habido. Toda la gente que en
verdad piensa, viven juzgados como locos y mueren en la miseria más absoluta, a
excepciones como Salvador Dalí…
bueno, Crowley y La Vei eran “junior’s”-
-Le vendieron su alma al Diablo-
complementó Rogaciáno decorando con una sonrisa maliciosa su observación -Juro
que no “te canto un palo” por no
poner en riesgo nuestra amistad-
.·.
Pasaron toda la tarde hablando de muchas
cosas más. Largo rato después Rogaciáno pidió la cuenta de su consumo
iniciándose una acalorada discusión entre los dos amigos debido al
planteamiento ético de “la amistad y el negocio no se mezclan”; el altercado se
resolvió con una moneda al aire, él perdió y pagó la cuenta retirándose en
dirección de su casa con un agradable sabor a café y tabaco en la boca. Olvidó
que esa mañana estaba dispuesto a intentar quitarse la vida una vez más, ahora
con un infalible veneno.
La mayoría de ocasiones los graves y
mayores problemas de salud pública mental como la depresión no siempre se
solucionan con medicamentos psicoactivos, pueden relajarse un poco con la
presencia de alguien dispuesto a escuchar al enfermo sin prejuicios. Por mala
suerte, en nuestra falsa sociedad, es algo extraño y casi nulo, encontrar a una
persona con dicha disposición.
-¿Sociedad?- pensó Rogaciáno camino a su
casa mientras escuchaba The Wild and the
Young de Quiet Riot en su
reproductor de música portátil -Las hormigas y las abejas si viven en sociedad,
cada una toma su papel dentro de ella sin reparar: guerreras, obreras, reinas;
cada una toma su posición dentro de la sociedad sin quejarse pues no gozan
siquiera de inteligencia, menos de libre albedrío. El ser humano jamás ha
vivido ni vivirá en una sociedad real. Tal vez los mitos sean ciertos y el
infierno existe, no está bajo la tierra, es aquí y ahora. Sí Dios existe puedo
asegurar que se tomó unas largas vacaciones hace bastante tiempo y no piensa
regresar, tal cual lo plantea Garth Ennis
en The Preacher o como le ocurrió a Nelson Muntz en un episodio de The Simpson, fue por unos cigarros y lo
secuestro un circo itinerante para exhibirlo como fenómeno. No sé por qué tengo
la impresión de que esa pinche Alejandra sólo “me dio el avión”-
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